¿Cuántos golpes directos se hace en un partido y cuántos fallos no forzados? ¿Has contado alguna vez? Y no vale mirar los partidos en la tele para sacar las estadísticas. El tenis es un juego de porcentajes y el partido gana aquel que cometa menos fallos (salvo en los top 100 de ATP). Elegir un golpe adecuado tácticamente en esos mili-segundos y asegurar tu permanencia en el punto es la base para un juego sólido y constante. Lo dicho parece fácil pero, a la hora de la verdad – en la pista, casi siempre sucede lo contrario: golpes de mucho riesgo, fallos “fáciles”, y muchos nervios con la pérdida de la concentración y la seguridad. Entonces, ¿cómo enfrentarse a ese “maldito” oponente –, tú mismo, en esas ocasiones?
Un aviso: cuando entres en media pista, moviendo la raqueta como un sable y viendo esa bola lenta que se cuelga en el aire, ponte en modo de alarma y recuerda: las bolas “fáciles” (o las que piensas que son fáciles) son las más difíciles.
- Primero – simplemente por el hecho de que las veas de esta manera (fácil), bajas la guardia, te relajas y olvidas el trabajo que hay que hacer para ejecutar el golpe.
- Segundo – te confías y ya estás celebrando ese “golpe tan bonito” que estás a punto de fallar.
- Tercero – te impones la obligación de hacer un golpe directo.
Olvida todos esos prejuicios y trata de elegir bien el golpe. Solo con meter la bola en la pista seguirás en el juego. Además, si la colocas bien y subes a la red, le presionarás al contrarió. Y si tienes confianza y has trabajado mucho los golpes similares, podrás usar tus conocimientos de táctica y ganar el punto.
Consejos Sencillos
Una bola más
Pasa una más al otro lado de la pista y dale al contrario otra oportunidad para fallar. Que te enseñe como puede hacerte un winner. Así conseguirás que piense más, que haga más esfuerzo y se arriesgue. Un jugador de nivel medio ajustará sus golpes cada vez más cerca de la línea al tener que dar otro golpe más. En tenis, como lo he dicho antes, la mayoría de los puntos se ganan con fallos del oponente. Y no seas tú el que le adelante en eso.
Busca los márgenes
Juega apuntando por encima de la red. Elige bien la altura dependiendo del golpe que quieras ejecutar. Recuerda: si fallas, es mejor fallar fuera que en la red.
Y elige tus zonas seguras en la pista. Normalmente es el medio de los cuadrados del fondo. Busca esa zona segura y cuando puedas ajustar más el golpe, hazlo pero con margen. Evita jugar en las líneas. Y evita los golpes extraordinarios. Son bonitos pero el partido no se gana con ellos.
Juega más cruzados
La red es más baja y tienes más pista para meter la bola. Además recuerda que es arriesgado cambiar la dirección de la bola y si no tienes bien cogida la posición, cometerás más fallos como técnicos así tácticos. Y si quieres recuperar la posición, la bola recorre más distancia en cruzado, dándote el tiempo suficiente para hacerlo.
Juega más al centro
Juega más al centro y busca la profundidad para que no te ataquen. Le dejas menos ángulo abierto si tiras al centro y el que tendrá que empezar con riesgo será tu contrario. Y si te devuelve la bola al medio, no vayas por ángulos arriesgados, busca el lado débil o repite el golpe.
Atento con la bola corta
En el peloteo intenta no ser tú el que cambie las direcciones a menudo. Sé paciente y espera el fallo, el que también puede venir en forma de bola corta. Intenta aprovechar esa ventaja para presionar al contrincante… pero recuerda el aviso de arriba.
Tira un globo de vez en cuando
Ya cogida la posición no es fácil meter la bola. Entonces imagínate corriendo o en defensa. No dudes, y no tengas vergüenza que te llamen “metebolas”. Tira un globo. Primero es el golpe más seguro (con márgenes amplios encima de la red y dentro de las líneas). Es un golpe difícil de atacar y te da el tiempo suficiente para recuperar. Rompe el ritmo y podrás jugar en contraataque en consecuencia. Y si el contrario se atreve a entrar y hacer volea o remate, déjale probarlo y mira las estadísticas.
No juegues a las líneas
Deja un poco de margen para el fallo. Intenta conseguir hacer golpes directos en zonas de seguridad. Trabájalo. ¿Cómo? Eligiendo bien los golpes y ganando poco a poco el espacio y el tiempo. Descolocando al contrario y dejándole cada vez menos tiempo para recuperar. Si consigues mejorar en ese tipo de juego tus resultados te sorprenderán. Y ya lo sé. No es fácil, sino todos lo harían.
Corta los ángulos y busca TU CENTRO
El centro casi nunca está en el centro de la pista. Es un poco de geometría simple. De pequeño no podía creer lo que me decía el entrenador hasta que lo dibujé cientos de veces. Y era verdad. TU CENTRO está en el bisectriz del posible ángulo del contrario y la distancia más corta hacia la bola es entrando adelante a por ella. Claro, tienes que estudiar a tu oponente. Saber las posibilidades de sus golpes y los ángulos que pueda abrir.
Mete el primer saque
No vayas buscando un ace durante todo el partido. Conténtate con poner la bola dentro. Y si coges la iniciativa desde el primer golpe – mejor. ¿Te has fijado alguna vez que el contrario nunca ataca aunque saques el primero muy flojo? ¡Pruébalo! Y, a veces, aunque saques un segundo fuerte, tu oponente ya está dentro intentando presionarte. Eso es mental. Aprovéchalo y deja de fallar los primeros intentando impresionar al público con el saque tan fuerte que tienes. Mete la bola en el cuadrado y fíjate en como reacciona el que está al otro lado.
Respira entre puntos
Respira entre puntos y recuérdate continuamente “hay que mirar más la bola” (Sobre “mirar la bola” hablaremos en otro artículo: “Tres Puntos de Visión”). Esos segundos entre puntos son muy importantes: hay que recuperar, revisar el plan de juego o preparar el siguiente punto y observar si el contrario te da alguna pista la que puedas usar contra el mismo.
Lleva un cuaderno con notas en los partidos
Escribe algunos consejos que te gustaría recordar durante el partido y vuelve a ellos de vez en cuando en los cambios. Eso es importante para mantener los pensamientos claros con toda la tensión y nervios que irás afrontando.
Todos los consejos los que vienen arriba te irán ayudando a hacer tu juego más constante y sólido. Pero ten clara una cosa: meter la bola en la pista no depende del día que tengas o del oponente al otro lado de la red, no depende del viento, del sol o de otra condición meteorológica, no depende de tu nivel físico ni técnico, no depende de nada más que estar concentrado y saber elegir el golpe. Aunque hayas cogido la raqueta la primera vez en tu vida, puedes pasar muchas bolas al otro lado. Y ¿por qué no lo haces? Piénsalo tú mismo.