¡Mira la bola! Y mírala durante todo su recorrido desde la raqueta del contrario hasta la tuya. Intenta centrarte en ella hasta el punto de que puedas notar cómo se hace cada vez más lenta y más grande. Mira la pelota desde la mano del contrario cuando la lanza para sacar. Mírala después del bote, en el impacto con la raqueta. Mírala siempre.
Mirar la bola es uno de los aspectos más difíciles e importantes en la pista: concentrarte en ese punto amarillo sin apartar la mirada cuando la bola va a tanta velocidad, incluso en niveles muy altos, no es un trabajo fácil. Lo normal es que te distraigas en el peloteo debido al divagar de tu pensamiento, a la alta intensidad del esfuerzo, a los movimientos del contrario, a la necesidad de fijarte en el lugar al que quieres mandar la pelota, al cansancio de un peloteo largo, etc… pero tienes que intentar mirar la bola lo máximo posible; y no solo para centrar bien el golpe en las cuerdas, sino también para conseguir mejorar el equilibrio en el movimiento, la anticipación, la coordinación, llegar antes al lugar adecuado y concentrarte mejor en el juego.
Para ver los detalles de cómo mirar la bola, lee el artículo: “Tres Puntos de Visión”
Ventajas de mirar la bola
Mirar la bola te ayuda a reaccionar a tiempo y a anticipar, además de favorecer que no pierdas la coordinación en bolas forzadas. Muchos se quejan de su físico diciendo: “No me muevo bien. No llego a nada”; pero sería más acertado si dijeran: “No estoy mirando la pelota”. Reaccionar a tiempo te hará jugar “por delante de la pelota”; y esos milisegundos son importantísimos en la pista. Lo diré de nuevo: no empieces a mirar la bola cuando esté pasando sobre la red. ¡Mírala desde que impacta en la raqueta del contrario y en todos los puntos importantes de su trayectoria!
En el resto, en la volea, cuando tienes menos tiempo o menos espacio, mirar la bola es muy importante; también lo es en el remate o en una bola alta para poder controlar bien el impacto. Lo mismo ocurre en el saque, en las bolas forzadas, etc…
Mira la bola para mantener la concentración
Mirar la bola es además un modo de concentrarte adecuadamente: hace que te distraigas menos; y si en algún momento notas que te has salido del partido, piensa: “¡Voy a mirar la bola!”.
Todo lo dicho anteriormente se consigue mediante práctica, creando un hábito: si en los entrenamientos te fijas en la pelota continuamente, poco a poco vas a hacerlo casi sin pensar, pero al principio te puede costar; hasta puedes percibir una cierta contradicción en lo que hemos expuesto aquí y descoordinarte al tratar de mantener los ojos en ese punto amarillo. No te preocupes: ya irás cogiendo el truco y cosecharás los frutos de tu trabajo.
Si quieres ver más de cerca la técnica de cómo mirar la bola, lee los artículos “Tres Puntos de Visión” y “Aspecto Mental de la Visión” en nuestro blog.