Aunque seas el más talentoso jamás visto, si no te pones el mono de trabajo y no gastas litros de sudor en la pista, mejor que lo dejes ya. Tienes que estar dispuesto a trabajar. No tener vergüenza de hacerlo. Dices: “¿Y por qué voy a tener vergüenza?” Te lo diré yo. Por que hay ambientes en los que se piensa que a los talentosos les sale todo sin ningún esfuerzo. ¡Una mentira! Lo contrario, hay otros ambientes en los que el trabajo hecho se valora más que cualquier otra cosa. No caigamos en los extremos, pero hay que intentar aprovechar cada ventaja que tengas para sacar lo mejor de uno y eso, solo se hace con el TRABAJO.
Y no vale trabajar un día y otro no… Lo más importante en el trabajo es la constancia. Es hacer lo mejor posible cada día, todos los días, sin faltar uno. Es mejor que dejes de entrenar si bajas la intensidad. Es mejor, a veces, salir de la pista, si no tienes la capacidad de seguir trabajando. Pero, claro, si eso se repite una y otra vez, ya tendrás que replantearte tu meta.
El trabajo, además de ser una relación entre tu entrenador y tú, tiene que ser algo que sale de ti mismo. Esta claro que necesitas a un técnico al lado quien te pueda guiar y mostrarte hasta que punto puedes llegar, pero necesitas un deseo propio y constante de hacer más de lo que te piden, aportar más… algo más en esa hucha de día a día con el que intentas llegar a conseguir tu juego.
Por otro lado, tienes que creer en la persona quien te entrena, y creer en él o ella muchísimo. Porque llegarán los momentos en los que pensaras que estás al límite, que no puedes hacer más, y será el entrenador quien te diga: “¡Adelante!”, y te sorprenderás de poder conseguirlo… claro, si le sigues.
Curiosidad y determinación son cosas que te ayudarán siempre estar buscando el modo para mejorar y luego aplicarlo día a día. No basta solo con lo que te ponen en la mesa, debes mejorarlo. Debes investigar, analizar, preguntar. Y además, debes convertir todo ese proceso de trabajo constante y superación en algo vital para tu día a día… debes aprender a disfrutarlo.