En el artículo “Tres Puntos de Visión” hemos hablado de la parte técnica acerca de cómo se debe mirar la pelota a lo largo de su recorrido. En este artículo nos fijaremos en la plataforma mental adecuada desde donde el trabajo técnico se hace más asequible. Poner en práctica el aspecto mental de la Visión nos prepara para poder abordar y dominar ciertas características técnicas con mayor facilidad.
Paso a paso o punto a punto…
La idea general de punto a punto es bastante conocida en la pista; su origen está en focalizarse lo máximo posible en el presente, sin adelantar acontecimientos. En el caso de “mirar la bola”, este fallo se manifiesta en dirigir la mirada hacia donde quieres mandar la pelota antes de efectuar el golpe; en ese momento, lo que acabas de hacer es transferir gran parte de tu concentración a un futuro deseado, alejándolo del presente que está construyendo dicho futuro: esto deteriora la ejecución del golpe, traduciéndose posteriormente en un FALLO.
Hay diferentes maneras de definir ese momento en el que mantenemos la vista (cabeza) fija en el punto del impacto propio. Para organizarnos mejor a lo largo de este artículo y, en general, dentro del contenido de este blog, asignaremos a dicha unidad técnica el siguiente nombre: FIJAR EL IMPACTO.
Muchos jugadores me dicen: “Aunque no mire la bola de esa manera, soy capaz de jugar y tampoco me va tan mal”. Eso es cierto: se puede jugar sin fijar el impacto, al igual que se puede jugar sin plantada, sin buscar el centro, sin acompañar el golpe, sin apoyos adecuados, etc. Se puede y de hecho hasta los “pros” llevan una carga de múltiples “fallos” (menores), siendo esos técnicos, tácticos, mentales… Es posible jugar con ellos, pero también puedes optimizar tu juego trabajando para eliminarlos.
Como muchas veces he dicho, hay ciertos pilares del tenis que son idénticos para todos los jugadores; son axiomas de este deporte y no cambian en función de la personalidad de los distintos jugadores. Fijar el impacto, al menos en ciertos golpes-arma, sería uno de estos pilares para entrar en el mundo profesional o de la alta competición en el tenis; pero también a otros niveles (no tan exigentes), esa unidad técnica serviría como trampolín para conseguir una mejoría bastante visible.
Volviendo al artículo…
Cuando hablamos de fijar el impacto, una de las primeras causas de la dificultad en su ejecución es el deseo del jugador de adelantar acontecimientos y distraerse de la acción ejecutora. No es fácil centrar toda la concentración en el momento y mantener la mente en blanco para dar cabida a la acción; esto es más asequible a altos niveles de dominio de cualquier profesión.
Aquí os presentamos ciertas claves desde el punto de vista del aspecto mental de la Visión que podrían facilitar este trabajo.
Como hemos dicho en el artículo “Tres Puntos de Visión”, el tramo del recorrido de la pelota desde tu raqueta hasta la red es el de menor importancia para la Visión; en este momento, el jugador termina el golpe, sale del golpe e inicia la recuperación.
A razón de esto, daremos distintas claves para lograr fijar el impacto de la manera más eficaz posible:
Clave 1 (General)
Después de captar la pelota en el impacto del contrario, fijarla cuando pasa por encima de la red para coordinar el apoyo y adaptarte a su trayectoria, potencia o efecto (de lo último hablaremos en otro artículo), llega el momento del contacto con la pelota: aquí debes dejar la cabeza quieta, con la mirada en la zona del impacto hasta terminar de acompañarla. Debido a la velocidad con que la pelota rebota sobre las cuerdas, no podrás verla detenidamente; por ello intentaremos fijar la zona del impacto y mantener la cabeza quieta mientras terminamos de acompañar el golpe.
Clave 2 (Golpes de fondo)
No debemos apartar la cabeza del lugar de fijación del impacto; el hombro trasero, al ejecutar la rotación, moverá la cabeza automáticamente (este no será el caso del revés a una mano, ya que la rotación aquí es distinta a la del revés a dos manos). Por ello, el movimiento de la cabeza desde el inicio del golpe hasta el final será mínimo. Para este aspecto es necesario colocar bien el gesto de rotación, adaptándolo a los diferentes tipos y estilos de jugadores.
Clave 3 (Visualización)
Generar una imagen completa del golpe, desde su ejecución hasta su colocación (placement), y no segmentarlo nos ayudará a no tener la necesidad de recorrer mentalmente cada sección de su trayectoria y por ello eliminará la necesidad del jugador de mirar hacia dónde va a dirigirse la pelota antes de ejecutar el golpe.
Clave 4 (Trabajos de disociación)
Otra clave importante es automatizar la disociación de los tres niveles del cuerpo en rotación: pies, tronco y cabeza; también nos ayudará si coordinamos la rotación de la parte media (cadera) con los dos puntos extremos de fijación en la cabeza y en el apoyo. Disociar este apartado es fundamental, ya que la rotación suele arrastrar en bloque todo el cuerpo.
Clave 5 (Mental/Psicológico, Nivel Avanzado)
Esta clave es de gran importancia para aquellos que quieran llegar a las altas esferas de este deporte. El trabajo aquí es puramente mental y abarca cualquier concepto de acción en la pista, además de la fijación del impacto. Hablamos aquí de un jugador que es capaz de mantener una máxima concentración en el momento de la acción, sin divagar mentalmente en el futuro. Este trabajo es muy a largo plazo y está basado en inculcar valores profesionales en cada apartado de las vivencias del alumno en la pista y en la vida.
(Expondremos más información sobre este tema, con sus respectivos procesos, a lo largo de futuros artículos).
Tanto en los golpes, como en los partidos o entrenamientos en general, concienciar sobre mantenerse focalizado en el presente aumenta la efectividad y el rendimiento. La mejoría de este aspecto y su consciencia lleva muchas horas de implicación y experiencias dentro y fuera de la pista; pero merece la pena trabajarlo para después cosechar sus frutos de cara al desarrollo futuro.
Simplificando todo lo expuesto anteriormente sobre el aspecto mental de la Visión, un jugador debe tener la consciencia de que el único punto donde puede influir sobre la calidad y la efectividad del golpe está en el momento del impacto. Una vez que la pelota se encuentre en el aire, el jugador ya es incapaz de cambiar tanto su dirección como otras características. Por ello, toda la influencia que el tenista puede aplicar en el golpe está en esos milisegundos en los que la pelota toca las cuerdas de su raqueta: lo demás solo es el fruto de ese trabajo. Una vez aceptada esta idea, para el jugador será mucho más fácil dedicar una mayor parte de su concentración a este gesto, continuando así con la mejoría de su juego.